Por: Cony Sturm
La existencia de perfiles falsos en Twitter no debería ser ya sorpresa para nadie. Lo que sí puede llamar la atención es la creciente economía que hay detrás de ellos, con compra y venta de followers, para hacer aparecer a un personaje más influyente de lo que en realidad es (tiene más followers), o hacer parecer que un tema o campaña son más populares de lo que efectivamente son.
La compañía de seguridad BarracudaLabs realizó un estudio sobre los perfiles falsos en Twitter y el comercio que existe con ellos. La organización creó tres cuentas falsas y adquirió entre 20.000 y 70.000 seguidores en eBay y otros sitios que encontraron a través de Google haciendo la búsqueda “comprar seguidores en Twitter”.
Con esta información, identificaron a 20 vendedores en eBay y 58 a través de sitios web. La compra se hace simplemente diciendo a qué cuenta de Twitter quieres sumar los followers, y el precio promedio por 1000 seguidores es de USD$18. En tanto, 2.000 retweets cuestan alrededor de USD$5.
Según BarracudaLabs, un vendedor puede recolectar unos USD$800 a la semana, si puede controlar unas 20.000 cuentas falsas, lo que aparentemente lograban hacer algunos de ellos.
La investigación también revela algo de información sobre la gente que se dedica a comprar followers falsos para verse más populares. Identificaron a 11.283 “abusadores” como les llamaron, que tenían en promedio 48.885 seguidores. La mayoría de los abusadores tenía un link en su perfil, lo que implicaría una intención de vender o promocionar algo. En tanto, identificaron 72.212 cuentas falsas. El 55% de ellas tenía alrededor de 2.000 followers.
Los vendedores controlan la velocidad en la que las cuentas falsas comienzan a seguir a alguien, de modo de evitar ser descubiertos por Twitter, que prohíbe la creación de cuentas falsas y la venta de followers.
Según BarracudaLabs, los precios de los seguidores y los retweets varían según el cuidado que pone el vendedor en no ser descubierto. De este modo, mientras más caro el follower, más real se ve, por ejemplo, siguiendo a gente famosa y gente normal al azar, o twitteando comentarios cotidianos o copiados a otros usuarios normales, que hacen más difícil detectar la falsificación.
Este asunto no es exclusivo de Estados Unidos o del “marketing” en inglés. Una búsqueda por “comprar followers en Twitter” entrega una larga lista de resultados en español con módicos precios. Como bien han apuntado algunos, esta práctica – aunque vaya contra los términos de uso de la red social – no es ilegal en ningún país. Sin embargo, lo que hace es intentar distorsionar la realidad, dando la impresión de que algo es más popular/importante/comentado de lo que verdaderamente es, y un usuario corriente no podrá darse cuenta fácilmente del engaño.
En América Latina esto se ha hecho más evidente en campañas políticas, como hemos visto ocurrir en México, en Argentina y recientemente en Chile, con la intención de mejorar la imagen de políticos dentro de la red social. Sin embargo, no se descarta que haya compañías o personajes aprovechando también estas “ofertas” para inflar su importancia o la de clientes dentro de Twitter, que si bien sigue siendo usada por una cantidad marginal de personas en muchos países, se ha convertido en una herramienta importante de publicidad e información.
Fuente: -fayerwayer