La compañía optó por ordenadores antiguos para evaluar a Windows 10 y sus contrapartes más nuevas para hacer lo propio con Windows 11

Windows 10 palidece ante Windows 11
A nadie le coge por sorpresa que Windows 11 haya conseguido mejorar las prestaciones de su predecesor, pero no podemos decir lo mismo con los métodos que ha utilizado Microsoft para lanzar esta afirmación. En la prueba real de rendimiento entre ambos sistemas, el resultado varía si se utiliza el mismo hardware, ya que se observó que este sería prácticamente idéntico. De forma sorpresiva, Microsoft decidió omitir esta información crítica en sus comunicaciones principales, ya que la compañía no habría salido bien parada.
A su vez, la afirmación de la velocidad ha sido vista como engañosa e incompleta, ya que ha generado multitud de críticas por la postura de la marca. Así, aunque Microsoft haya asegurado que Windows 11 es hasta 2,3 veces más rápido que Windows 10, lo cierto es que su afirmación se basa en una prueba con resultados manipulados. Por ello, muchos han visto esta comunicación como un nuevo intento de forzar la migración a Windows 11, una maniobra que han estado impulsando los últimos meses a raíz del futuro adiós de Windows 10.
De esta forma, aunque algunos juegos y funciones sí llegan a rendir mejor en Windows 11, la forma de presentar los datos resta credibilidad a la marca. Por ende, muchos creen que la postura ideal habría sido señalar que el hardware más viejo es más lento que el hardware más nuevo, ya que en condiciones similares los resultados son muy parejos. Sin embargo, la fecha del final de soporte de Windows 10 (14 de octubre de 2025) aumenta la urgencia por actualizar los dispositivos, dado que estos quedarán desprotegidos en los próximos meses.